INTRODUCCION PARA LOS LECTORES OCCIDENTALES Y DEL
MUNDO
La crisis del movimiento obrero internacional.
El impacto mundial del hundimiento de
la Unión Soviética en el movimiento obrero ha sido extraordinario.
El desarrollo de las fuerzas reaccionarias en la década de los 80
y la siguiente, que da lugar al último estallido de los restos podridos
de la primera dictadura proletaria del mundo, marcó uno tras otro
los repliegues de la clase obrera. Aunque, a escala mundial, los efectos
fueron un poco más desiguales, ciertamente en los países
capitalistas desarrollados, los autoproclamados "destacamentos avanzados
de la clase obrera", cayeron víctimas de un declive increíblemente
rápido y vergonzoso.
A simple vista esto parece bastante
asombroso. A fin de cuentas, toda la izquierda revolucionaria de occidente
se había opuesto, de una manera u otra, al cambio que se estaba
produciendo en la Unión Soviética. Entonces, ¿por
qué todos ellos se asombraron cuando al fin se hundió? Solo
los partidos comunistas francés e italiano, completamente aburguesados,
estuvieron menos afectados y aún así se angustiaron significativamente.
¡Una simple pregunta!: ¿Qué
fue lo que se hizo mal?
De hecho a pesar de todo, les unió
un hilo común. Ninguno de ellos tenia una respuesta real y útil
a la pregunta simple de la clase obrera, "¿qué fue lo que
se hizo mal?" Cuando algunos de ellos, que todavía tenían
la fortaleza moral para levantarse a las cuatro de la mañana en
invierno y entregar su propaganda a los obreros que seguían los
acontecimientos, se enfrentaron a la burla inevitable "¡Vuélvete
a Rusia!", en lugar de erguirse y mirar a los ojos a su burlón equivocado,
y decirle con convicción, "¡nada me gustaría más!",
lo único que hicieron fue arrastrar los pies y lanzarse a un discurso
largo, confuso y resbaladizo basado en las formulaciones escogidas de su
secta particular.
Sin el genuino análisis marxista
de los fenómenos, el movimiento estaría completamente desmantelado.
Lo más intelectual de la tendencia de izquierda, dentro de los círculos
radicales y activistas, o entre aquellos que habían vuelto a refugiarse
en los centros académicos, todos ellos predominantemente pequeño
burgueses, se mostraron completamente incapaces de producir algo más
que un gemido desesperado sobre lo que podría haber sido e incluso
se autoflagelaron por la falta de una brújula ideológica.
Así es la tragedia de la izquierda
de occidente en el umbral del milenio; y aunque hay desigualdades, es una
tragedia compartida por todas las fuerzas progresistas del mundo.
El marxismo tiene la respuesta.
Es doblemente trágico, por un
lado la desaparición de Alexei B. Razlatski y por otro el hecho
de que el desarrollo creativo del marxismo que él hace en "El
Segundo Manifiesto Comunista" escrito en 1979, podría haber
forzado el punto muerto en el que se estaba desde entonces.
¡A pesar de todo, más
vale tarde que nunca!
¡Tiene cinco cualidades extraordinarias!
"El Segundo Manifiesto Comunista" es
en su conjunto un trabajo extraordinario. Usando el estilo Mao Tsé-tung,
éste trabajo está impregnado de cinco cualidades extraordinarias:
tiene un alcance extraordinario, una profundidad extraordinaria, una creatividad
extraordinaria, muestra una visión extraordinaria del futuro y tiene
implicaciones prácticas extraordinarias para la revolución.
Su alcance es lo suficientemente amplio
como para justificar que se haya cogido prestado el título de lo
que es la joya de los trabajos populares del marxismo: es de verdad un
digno sucesor del "Manifiesto Comunista" de Marx y Engels. No es un trabajo
fácil de leer y sin embargo es sencillo y accesible. Aunque dirigido
directamente al proletariado ruso, su alcance transciende sus propios objetivos
inmediatos lo cual tiene una importancia enorme para la clase obrera internacional
y sus destacamentos avanzados. También es un trabajo de gran profundidad.
El dominio exhaustivo de Razlatski del materialismo marxista y de la dialéctica
de la historia se revela una y otra vez. Inexorablemente su perspectiva
proletaria se acopla con una preocupación humanística profunda
por el destino del genero humano.
Es un trabajo que brilla positivamente
por el desarrollo creativo que hace del marxismo. Desde las preguntas apremiantes
acerca de las relaciones entre el proletariado, su partido y su estado
bajo la dictadura del proletariado hasta la degeneración ideológica
de la intelectualidad en el periodo que arranca de la segunda guerra mundial,
este pequeño libro está repleto de una percepción
marxista vital y original, y de nuevas categorías analíticas
poderosas. Se ha concebido como un trabajo popular y por ello su exposición
tiene una forma sinóptica; pero es fácil ver que detrás
de esas expresiones concentradas, yace una comprensión amplia, dialéctica,
histórica y materialista de la condición humana que desgraciadamente
la muerte intempestiva de Razlatski en 1989 interrumpió, quedando
para la intelectualidad proletaria la continuación de esta obra
de reconstrucción marxista.
Una y otra vez, Razlatski muestra el
poder del materialismo marxista previendo correctamente el destino de la
Unión Soviética, el carácter del régimen que
le sucede, la crisis del movimiento obrero en los países capitalistas;
y todo ello una década antes de que estos acontecimientos tuvieran
lugar. Se hacen incluso algunas predicciones que, mientras no hayan sido
cumplidas todavía, sirven como señales de vía para
el futuro. Por ejemplo, con una sola frase, esboza el entorno del medio
ambiente proletario, mientras apunta la forma de la economía política
del futuro comunista.
Y finalmente, este es un trabajo de
una importancia práctica enorme para la clase obrera del mundo entero.
No sólo contesta a la pregunta "¿qué fue lo que se
hizo mal? sino que también proporciona al proletariado la línea
directiva necesaria para restablecer su dictadura y afianzarla contra la
degeneración que aplastó todo el campo socialista. También
contesta a la pregunta sobre el colapso de la izquierda occidental que
siguió al hundimiento de la Unión Soviética, y, con
su crítica devastadora a la intelectualidad burguesa, coloca firmemente
al orden del día las tareas de la intelectualidad proletaria.
El camino hacia el comunismo
¿El II Manifiesto está
libre de errores y omisiones? ¡Claro que no! ¿Es una formula
para la marcha hacia el comunismo sin ninguna dificultad? ¡De ninguna
manera, las mismas que pudiera tener el "Capital" de Marx o "El Estado
y la Revolución" de Lenin o cualquier otro libro marxista! Pero,
al igual que estos dos libros, es un trabajo que rinde a los proletarios
del mundo un servicio inestimable. Clarifica las contradicciones cruciales
que impulsan las tendencias en el mundo de hoy, pone al orden del día
la lucha contra las crueldades insensatas del capitalismo avanzado y arma
al proletariado contra los errores aparentemente inocentes que llevaron
a la destrucción de la primera gran ola de la revolución
proletaria. Para abreviar, resumiendo y condensando la experiencia del
proletariado en la primera ola de revoluciones, allana el camino para la
segunda y decisiva ronda del enfrentamiento global entre las dos grandes
clases de la época, el proletariado y la burguesía. Y es
el único trabajo del marxismo que aborda los detalles prácticos
del camino que debe seguirse para alcanzar la meta de la sociedad sin clases,
el comunismo.
Todo verdadero comunista siente la
desaparición del estado proletario, (y más aún desde
el hundimiento de octubre, ¡incluso antes de que se produjera!)
aunque vea en él las limitaciones terribles en la soberanía
de la propia clase. ¿Que necesidad tiene el proletariado internacional,
actuando y dirigido por sí mismo, de semejante aparato coercitivo?
Sin embargo, en momentos de fatiga y profunda desesperación anarquista
(por desgracia muy común a finales del siglo 20) es cuando los marxistas
conscientes se ilusionan con que el aparato estatal no es necesario en
el periodo de transición de la dictadura del proletariado y se consuelan
con la fantasía utópica de una transición inmediata
a la sociedad sin clases.
Quizás el movimiento comunista
internacional también comparte la culpabilidad de esta desesperación
anarquista. Desde la publicación del trabajo de Engels "Del socialismo
utópico al socialismo científico", ha habido en los comunistas
una tendencia a evitar cualquier desarrollo del análisis de la dictadura
del proletariado después de su triunfo, por el temor de ser etiquetados
como socialistas utópicos. Y mientras cada uno de los baluartes
de la dictadura del proletariado fue anulado por la contrarrevolución
silenciosa, los comunistas sinceros se encontraron en los cuernos del dilema.
Para entender los acontecimientos del presente, no solo se requiere un
conocimiento de la historia, sino también una comprensión
de los caminos que conducen a la última etapa, al futuro; sin embargo,
por la propia tradición del movimiento, el estudio de los caminos
hacia el futuro siempre traía consigo automáticamente la
acusación de utopismo, aunque no siempre fuera cierta.
"El Segundo Manifiesto Comunista" despeja
esas telarañas y muestra a la clase obrera como puede crear y mantener
esa dictadura del proletariado cuyo objetivo más elevado es su propia
extinción rápida.
¿Qué se debe hacer?
¡No es un trabajo fácil!
Los proletarios avanzados que lo lean podrán asimilar su contenido
más rápidamente, pero muchos, incluso de los elementos honrados
de la izquierda comunista occidental, encontrarán esto muy difícil.
Hay algo en ese texto que puede irritar a cada uno de ellos: trotskistas,
neo-estalinistas, maoístas y hoxhistas, que no pueden ir mas allá
de revivir las batallas de los años 20, 30, 40, 50 e incluso de
los 60 y 70, se enfurecerán por igual ante este desafío a
sus prejuicios profundamente arraigados. ¡Sólo esto ya debería
decirles algo!
Y de verdad que esos prejuicios son
el primer motivo de que el trabajo no sea fácil. ¡Si usted,
estimado lector, puede leer este trabajo con una mente abierta, su esfuerzo
se verá ampliamente recompensado! Y cuando usted se pelee con un
párrafo, primero, culpe al traductor que no tenía nivel para
esa tarea; y segundo, culpe al PCUS que obligó a hacer este trabajo
bajo condiciones de represión extrema y de ilegalidad que forzaron
a que fuera "publicado" en forma manuscrita. Y si usted quiere emular el
sacrificio de aquellos que preservaron este legado para los obreros del
mundo entero copiándolo a mano, entonces traduzca este trabajo
en todos los idiomas de la humanidad. ¡La clase obrera se lo agradecerá!